En 2016, un incidente desafortunado en el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa dejó a todos boquiabiertos. Una escultura de San Miguel, que databa de hace 400 años, se destrozó tras caer al suelo por un accidente ocurrido durante una visita, el pasado domingo, cuando la entrada al museo era gratuita.
El protagonista de este lamentable episodio fue un turista brasileño que, según testigos, no intentaba hacerse un selfie, como inicialmente se había informado.
En realidad, el hombre estaba caminando hacia atrás para fotografiar otra cosa, cuando accidentalmente golpeó la estatua, haciéndola caer.
El impacto fue devastador y la escultura no pudo ser restaurada inmediatamente.