A veces, los primeros amores llegan cuando menos lo esperas, en medio de rodajes, giras y cámaras que no logran ocultar lo que se siente de verdad. Así le ocurrió a Lucero, cuando una historia inocente terminó convirtiéndose en un recuerdo que todavía lleva con cariño.
“Con Pedro Fernández, todo tomó un rumbo inesperado. Con él viví mis primeros besos reales, esos que te aceleran el corazón y te dejan sonriendo sin motivo… y sí, eran maravillosos. Fue mi primer novio oficial, y con él sentí por primera vez que el enamoramiento podía ser tan auténtico y tan dulce. Mi mamá estaba feliz, nos apoyaba en todo, y yo solo disfrutaba esa etapa tan limpia y especial.
Había una especie de magia entre lo que filmábamos y lo que pasaba cuando se apagaban las cámaras. Viajábamos juntos, compartíamos conciertos y grabaciones, y cada momento se sentía como descubrir algo nuevo del amor.
Con él entendí que las emociones más puras no necesitan explicarse, y que esos primeros recuerdos, los que nacen sin malicia y con mucha ilusión, se quedan grabados para siempre.”
Lucero y la memoria de un primer amor que nunca dejó de ser especial.


