El central, identificado como Ederson Carlos da Silva, de 38 años, fue esposado frente a todos los aficionados y retirado de la cancha custodiado.
El hecho fue grabado y el video se difundió en los principales medios brasileños. Según Globo Esporte, el árbitro era el principal objetivo por una presunta participación en una red de tráfico de drogas en la región.
«Es una persona con vida social muy activa, así que era alguien que ya estaba en el radar» indicó Glaucus Silva, jefe de la Policía de Guarajá en el medio G1.
Según la investigación, Da Silva se encargaba de la logística. «Utilizaba casas alquiladas por la organización criminal para almacenar la droga y posteriormente distribuirla.
Las autoridades confesaron que al inicio no sabían que era árbitro, solo que trabajaba como capataz en una empresa. La gente se encargó de avisar su paradero.
Después de eso se valieron de las redes sociales para seguir sus actividades como árbitro amateur. Además de él, los policías están tras seis nuevos sospechosos.
En San Pablo se desarrollaba la final de fútbol del barrio Vila Ligya, el pasado domingo 22 de junio, cuando los policías ingresaron la cancha, suspendieron el partido y detuvieron al árbitro por narcotráfico.
Fuente: el telégrafo