En una competencia escolar en Filipinas, una imagen sorprendió a todos antes de que comenzara la carrera: Rhea Bullos, una niña de 11 años, tenía los pies vendados y con el logo de Nike dibujado.
Cuando dieron la señal de inicio, Rhea arrasó en la competencia. Completó los 400, 800 y 1,500 metros con una constancia y determinación que le valió las tres medallas de oro.
Su hazaña no se trató de una publicidad ni de equipamiento. Fue un recordatorio de que, a veces, la grandeza se impulsa únicamente con coraje, esfuerzo y un corazón decidido.


