El actor de Hollywood Neal McDonough perdió trabajos, papeles, incluso dinero, todo para mantener una promesa a su esposa.
Cuando se casó con Ruve Robertson, una modelo sudafricana, en 2003, Neal hizo un voto: nunca besaría a otra mujer, ni siquiera para las cámaras.

En una industria construida sobre el romance en pantalla, trazó la línea. Para él, el amor era sagrado. Pero esa decisión tuvo un costo.

En 2010, Neal fue retirado de la serie de televisión Scoundrels porque se negó a filmar escenas románticas.

Después, admitió que estuvo casi dos años sin trabajo. “Perdí todo lo que te puedas imaginar,” dijo Neal. Sin embargo, insiste en que no tiene remordimientos, porque su voto fue una promesa a Ruve, la mujer a la que llama “mi chica de ensueño, mi todo.

” Incluso explicó: “No besaré a ninguna otra mujer porque estos labios están destinados a una sola mujer.” Juntos, Neal y Ruve construyeron un matrimonio basado en la devoción, criando a cinco hijos como el corazón de su mundo.

Su regla puede haberle costado oportunidades en Hollywood, pero le dio algo más grande: una historia de amor que supera cualquier guion.
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